Hoy en día, todas las personas estamos expuestas a riesgos y violencia que aumentan la posibilidad de sufrir daños para nuestra salud física y mental, como enfermedades crónicas, aumento del uso de sustancia tóxicas, problemas sociales, más ansiedad, miedos, depresión, etc.
Pero ¿qué ocurre con los más pequeños?, ¿están protegidos ante estos riesgos?
Sabemos que los niños, niñas y adolescentes son muy vulnerables y no saben protegerse por sí solos de los diferentes tipos de violencia que existen. No saben defenderse de las agresiones de los adultos y/o de sus iguales, por lo que no suelen pedir ayuda teniendo así mayor probabilidad de sufrir problemas en su desarrollo evolutivo, problemas tanto emocionales, conductuales como sociocognitivos. De ahí la importancia que tiene saber cuál es esta realidad ante el maltrato infanto-juvenil para poder valorar todas las señales de alerta, y, por ende, realizar un trabajo preventivo desde la sociedad.
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