El espíritu del carnaval es atrevido y goza de una imaginación impresionante. Por eso, en Villalbilla echó a volar con sus mil colores y su diversión en el Auditorio Polivalente de El Viso. La magia comenzaba bien entrada la tarde en los talleres infantiles de carnaval donde los más pequeños pudieron disfrutar de juegos, taller de máscaras de carnaval o de dulces de lo más variopinto para hacer de la merienda un festín de sabores.
Tras la jornada lúdica, llego el turno del concurso de disfraces. Las inscripciones fueron numerosas, sobre todo en la categoría infantil individual, que se habían preparado a conciencia para lucirse en la pasarela. Se valoraba la originalidad, elaboración del disfraz y puesta en escena. Hubo momentos estelares, y aunque el concurso estuvo muy reñido, la diversión y talento sobre el escenario fueron los grandes protagonistas de la noche. Así que el carnaval, con sus mil máscaras y colores, un año más, se convirtió en ese rincón de juego al que todos queremos volver siempre.