El rosa ha sido históricamente un color identificativo del sexo femenino y por extensión, las mujeres con cáncer de mama de los años 70 lo adoptaron como símbolo de la lucha contra esta enfermedad. Con el paso del tiempo, este color ha ido perdiendo su origen movilizador y muchas personas no se sienten identificadas con lo que realmente significa. Piensan que es solo un color, solo un lazo, solo un día al que nos sumamos. Pero el rosa es mucho más: representa apoyo, supervivencia, investigación… reivindica lo mucho que queda por conseguir y el largo camino que queda por recorrer. Y necesitamos devolverle entre todos su significado, que vuelva a identificarse con lo que realmente importa: las personas con cáncer de mama, con sus necesidades, con sus vivencias, y su supervivencia.
En la Asociación Española Contra el Cáncer hemos trabajado para conseguir grandes avances como el diagnóstico precoz, radioterapia, nuevos métodos quirúrgicos, tratamientos más dirigidos o cirugías más conservadoras y menos invasivas. Pero aún queda mucho por conseguir este año lanzamos una campaña en la que queremos reflejar que “El Rosa es más que un color”.
