Villalbilla se convirtió el pasado domingo, 7 de septiembre, en el último destino de «Arte Vivo en la Plaza», la propuesta cultural de la Comunidad de Madrid que ha recorrido once municipios dentro del Festival Escenas de Verano 2025.
Durante una hora y media, el Parque del Arroyo del Tesoro se transformó en un espacio vibrante de música, performance y creación compartida, donde artistas y vecinos borraron las fronteras entre escenario y público.
El viaje artístico reunió a cinco creadores contemporáneos que transformaron el espacio con propuestas efímeras y profundamente sensoriales. La mañana comenzó con la instalación sonora de José Venditti, que tejió un mapa acústico colectivo. A su vez, María Sánchez compuso con espejos un juego de luces que se convirtió en metáfora de memoria y conexión humana. Emmanuel Carvajal retrató en directo a los vecinos con manchas de color y trazos abstractos, convirtiéndolos en protagonistas de una obra colectiva que nacía en tiempo real. La performance de Andrea Saiz aportó la nota poética con Lo que se dice volar. Por su parte, el exfutbolista Checho Tamayo proponía una coreografía que mezclaba disciplina deportiva y danza urbana.
El pulso local también tuvo un protagonismo esencial. La Troupe del Cretino ofreció una interpretación a cappella de arias del siglo XVIII, acompañada de una bailarina contemporánea que rompía las fronteras entre lo clásico y lo actual. En paralelo, el ilustrador Mon dibujó en directo ante la mirada curiosa de los asistentes, mientras la artesana Anouck Vlemmings abría un improvisado taller de madera que acercó su proceso creativo al público. La jornada se completó con el aire festivo y familiar de la Héctor Reyes Band, aportando frescura y complicidad intergeneracional.
Villalbilla se convirtió así en el punto de encuentro final de un itinerario cultural diverso. Más que un espectáculo, fue una experiencia de creación compartida, donde artistas y público construyeron juntos un espacio de diálogo y celebración artística.