Nos encontraron en la calle un día en que los voluntarios de ALBA andaban capturando gatos para castrar. Teníamos los ojos fatal y estábamos deshidratados. El primer día sólo consiguieron capturarnos a dos pero no pararon hasta que otro día consiguieron capturar al tercero de nosotros. De esto ya ha pasado mucho, y me he hecho adulto sin que nadie pregunte por mí. ¿Quieres darme una oportunidad?
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